Bella Durmiente: Mito que no se extingue
Bella Durmiente
Mientras contemplo la orgía de
tonalidades rojizas en que se derrumba el horizonte me voy preparando
para la entrevista, desde el ventanal del florido piso 109 de mi
arcología se pueden admirar aterradores atardeceres que parece
desangraran al cielo y nos dejarán huérfanos de sol.
¡Buenas
tardes! saludo al recién llegado que acaba de conducir Mariev a mi
oficina. Con cierta reluctancia me replica y casi de inmediato exige
que le garantice resultados a su pedido de búsqueda y recuperación
de persona, le explicó que recién durante el diálogo, mientras voy
conociendo los intríngulis del caso, decidiré si lo tomo o lo dejo,
de inmediato se dobla, su pecho se hunde, los hombros se abaten, un
gemido se estrangula en sus delgados labios.
Para tranquilizarlo le digo que le
contaré una historia:
Le recuerdo que a su ingreso por aduana le entregaron
holodatos (hologramas que se ramifican a pedido para explorar
historia, procesos productivos, mecanismos sociales) e imagiláminas
(grabaciones múltiples que abarcan desde geomorfología hasta
botánica, pasando por la forma como ha ido coagulando en organismos
e instituciones nuestra sociedad). No son suficientes, requiere de un
testimonio nativo para aquilatarlos, pero entregan una idea.
No somos condenados ni expulsados,
escapamos del Imperio como ocurrió en demasiados sitios con aquellos
instrumentos que pudimos utilizar, en torno a nuestra luna se
arracimaban neurobajeles en decadencia, cuyo costo de desguace era
mayor que el beneficio, claro que se canibalizaban con frecuencia
porque no habían sido dados de baja, pero mantenían su declinación
amojonada, aún podían navegar.
Casi todos los habitantes del planeta
decidimos partir en ellas tras triunfar el alzamiento contra las
tropas imperiales acantonados para garantizar prepotencia y
vigilancia sobre el portal; tras derrotarlos la flotilla surcó hacia
el cosmos con período de caducidad ya vencido, para cuando arribamos
por accidente a las inmediaciones del mundo que desde entonces sería
refugio y guarida ya se estaba manifestando la decadencia en
horadaciones sobre la piel exterior, inesperados flujos de geles
putrefactos, pasillos que se derrumbaban, secciones que enloquecían
o paredes que se abombaban reventando en putrefactos aluviones de
ingredientes y constituyentes, domos que se ablandaban y chorreaban,
arcos y dinteles que cedían. Y lo peor, cámaras de criogenización
des-congelándose.
Por los vetustos procedimientos
almacenados-extendidos en la carne de los neurobajeles y expuestos en
las pantallas: detener la descomposición, salvar vidas y encontrar
la mejor manera de ligar ambos propósitos, animó su feedback para
ofrecernos otra oportunidad de salvamento; sabíamos que pesaba sobre
el sistema donde emergimos una interdicción con una amplia zona de
exclusión que no se ligaba con la rebelión por ser muy anterior,
igual decidimos desembarcar, era la única opción ante las
circunstancias. Aún agonizando los neurobajeles morían por
nosotros, los humanos.
En principio, soy un inductor social
que se ocupa de identificar personas en contextos acotados para
promover actividades de cambio “domesticado” como dicen los
Althussers *1. Como extensión tangencial pero significativa, me
encargo de buscar, encontrar y devolver a su micronicho (familia,
clan, empresa-célula, panal, matriz-estirpe, cuna-modelo, rama-laxa
o tronco-horda de las distintas manifestaciones organizadas de las
tribus urbanas - *2) al biofardo *3
*1
Oficio de origen mítico-ideológico que expresa la acción de
quienes conducen las variaciones conductuales a una resolución
medible como cambio de comportamiento esperado y que responden a los
mapas de propósitos de las multicomunidades
*2:
Siguiendo a los herederos de Brin (probable sociólogo y/o escritor
de CF) según sea el entorno nunca homogéneo de las
megaconurbaciones y similares se generan multiplicidad de organismos
sociales de adaptación, inserción o inclusión protectora, algunos
tradicionales como familia o clan, otras semihistóricos cual la
empresa-célula referida a los miniemprendimientos, con frecuencia
transitorios pero con la suficiente solidez para poseer coordenadas
de ubicación, equipos y herramientas y ejecución de procesos
concretos; intermediarios autogenerados como panal (muchedumbre
bioconectada por poseer genes comunes de especies animales, vegetales
o bacterianas, que les proporcionan ciertas características
identificables y que utilizan para su reproducción social y
producción económica; m-e o matriz-estirpe (concebida como un doble
amalgamamiento basado en genes y tradiciones literarias que se
perciben cual modas continuas que proyectan valor de cambio y generan
adhesiones territoriales que se instalan en barrios y parques),
variaciones suyas son la tronco-horda que obliga a permanecer en el
interior del grupo hasta la muerte y que invade y segmenta otras
agrupaciones acompañada de rituales de violencia tanto íntimos
–laceraciones, amputaciones, tatuajes vivientes comedermis- como
cutáneos (provocaciones, asesinatos Fuenteovejuna, duelos de baile
cuya victoria va acompañada con recompensa geográfica) o la
rama-laxa, quizás la más abundante mutualidad -en esencia juvenil-,
efímera, bulliciosa, apasionada, que va ocupando bloques, manzanas o
mansiones sin nunca permanecer en ninguno más allá de una luna y
variando el enfoque de lo musical a lo matemático o viceversa en
simultánea, sus homéricos debates –abiertos a cualquier
transeúnte- se refieren hacia donde deben orientarse tanto en
cartografía como en doctrina; la cuna-modelo, restringida, con
tendencia a uniformizarse, preñada de intenciones y poder por sus
miembros provenientes de expulsiones de los organismos tradicionales
que manejan recursos caudalosos, deambulan con sus hologramas,
gliflotantes -glifos aéreos- y matones a contrata tratando de
imponer su perspectiva, fundando enclaves y tragando y vomitando
grupos en un sumario de digestión social que por lo general
enriquece con ecodramas –por las mitigaciones ambientales a que
obligan- o con socomedias –por las disoluciones o condensaciones
que provoca en la multitud que rodea su desplazamiento.
*3
Biofardo: Coloquial para designar a aquellas personas que me son
encargadas, ya sea en calidad de “orientados” o de “buscados”
En ocasiones algún sujeto
certificado*4 o una institución solera*5 me solicita una explicación
ya sea al lema global de mi oficina de investigación: “La
complejidad no debe ser –en cualesquiera circunstancias o procesos-
un motivo para la inacción” o a la consigna específica que
aparece en el borde de la propaganda: “Explorar sin conseguir
obliga a la reiteración”.
*4
Aquellas que poseen el poder para solicitar datos reales o
testimonios sin adulterar (como ocurre con usted)
*5
Constituidas por actores variados y con propósitos discernibles por
cualquier persona instruida, o sea que tiene título de “Conocedor”
Para ambos pedidos me remonto en mi
ontogenia y relato mi primer caso de “buscado-devuelto”, el mismo
que le voy a relatar. En su beneficio como acabo de señalar con
algunas ampliaciones porque averigüé que aún no cumple ni siquiera
una órbita de permanencia (equivalente a una traslación alrededor
del sol que nos ilumina) y que de repente no ha extraído las
consecuencias de su viseolectura, con frecuencia formal:
Nuestro planeta se denomina Perihelio
(por ser el más cercano a la estrella-madre que nos albergó cuando
arribamos en las neurobajeles TUF: Transbordadoras Ultracósmicas
Familiares, enormes naves que llevan una cápsula interior protegida
donde viajamos como protovida criogenizada y cuya proa es una boca
atiborrada de tubos recolectores de hidrógeno que rellenan el
espacio entre la capa aislante de la semilla vital que nos acoge y la
cubierta exterior, inmensa armazón de paneles o toldos entrecruzados
de dureza indescriptible y bajo el cual se quema el hidrógeno
recolectado para impulsarla, motivo de una larga pluma ígnea en la
redondeada popa.
Cuando estamos despiertos durante el
periplo funcionamos como en las naves generacionales clásicas con
intrigas, asonadas y errores que conducen a catástrofes, en nuestro
caso tras el riesgo inminente del colapso aterrizamos en los
transbordadores sin problemas y tras algunas peripecias que se
comentan en los materiales educativos “Historias para Olvidar”
nos instalamos (discusiones sobre la cadencia de descriogenización,
porcentajes por grupos etarios, enfrentamientos en ocasiones muy
vehementes quizás motivados por el miedo, encuentros con los objetos
y edificaciones abandonadas por los antiguos moradores, experiencias
similares ocurridas en otras fugas). Dedico tiempo a explicarlo
porque usted y su familia arribaron en otro tipo de transporte en un
contexto diferente.
Tras un corto período de comprobación
territorial instauramos dominio y terminamos por construir una
megaurbe-capital, rodeada de miniurbes que nunca conurbarían (dentro
de un momento comprenderá porque), se transformó en el lugar con
mayor velocidad de cambio e innovación social pero cuya tasa de
reemplazo se desplaza en correspondencia a su ley de población
original pero absurda: disminución acelerada de habitantes jóvenes
por desintegración acelerada de marcos conductuales que conducen a
hiperviolencia, los mismos que requieren ser sustituidos por rituales
-que pueden tener sentido o no- pero que fueron diseñados por los
bisoños de las primeras generaciones y marcan una ruta de maduración
con cierta eficacia, recordemos que además en la actualidad ya las
cavernas de criogenización están vacías, los neurobajeles
momificados y no hay pioneros que despertar.
Sus características las fuimos
descubriendo de a pocos, asentamiento de una especie desaparecida que
dejo más misterios que respuestas, con un pequeño continente
central sobre el ecuador rodeado de continentes colosales, atiborrado
de ruinas, en especial el punto donde decidimos plantar el centro
administrativo situado en la misma dilatada bahía donde parece
afincaron con preferencia, aquellos a quienes denominamos Keplers.
¡Ah! esos ET que
se desvanecieron sin que pudiéramos saber como eran pero que
indudablemente eran magníficos arquitectos y edificadores; aquí
existen asimismo tres restos arqueológicos anómalos. Aunque primero
llamamos la ciudad Reliquia por conservar los colosales vestigios
arquitectónicos que nos dejaron de herencia: los Ductos Húmedos &
Secos*6, los Jardines Aéreos Tragadores*7 y las Torres quizá
Infinitas*8, ahora le decimos Memoria, ya que creemos haber
comprendido alguno de los mensajes que dejaron. La bahía se abre
entre una península al oeste y una cadena de colinas que se arrojan
sobre el mar al este, allí se ubican los:
*6
Ductos Húmedo-Secos: Colosal estructura de racimos visibles como
galerías que horadan los cerros, y aquellos que se extienden por el
aire son invisibles pero firmes, para evitar susto se ha instalado un
cordón celeste de guía, ambos cual haces de fideos en explosión o
cabellera desordenada se esparcen como túneles abovedados
transparentes que penetran igual hacia el continente que hacia el
piélago por decenas de kilómetros, explorarlos tomó un dilatado
lapso; constituyendo un inmenso laberinto que permite observar los
estratos geológicos y las criaturas subterráneas y la riqueza
ictiológica del necton sin despreciar el bentos. Creemos que poseía
una función pedagógica, por lo menos así la utilizamos en lo
cotidiano, pero podría ser de entretenimiento o científica, nunca
se ha podido perforar, ni romper ni conseguir que el manto de
revestimiento responda ante algún reactivo. El nivel de peligro es 0
y admite lo vital (por eso lo llamamos Nivel Observador), aunque
posee un sistema de limpieza incomprensible, ya que se puede
introducir comida natural lo cual supone que prepararla liquida su
categoría de vital, pero si alguien muere su cuerpo aparece flotando
en el agua, embebidos en gel y pegados a los tubos aéreos o embutido
en alguna oquedad de la veta inmediata. Soporta que lo pinten, lo que
constituye una invitación a la creatividad del graffiti juvenil.
Siguiendo del noreste al noroeste se
extiende una especie de bosque muy peculiar, siempre igual a si
mismo, cada árbol remplaza al anterior creciendo desde el interior,
muy arduo pero no imposible de comprobar, muy difíciles de talar,
restañan la herida provocada mediante una semicriptógama cuyos
jugos sellan y conectan a los plantas alrededor en una malla, esa si
en la práctica irrompible. Frente a la arboleda y mirando hacia la
llanura costera se presenta otra de las megaobras misteriosas que
singularizan la inevitabilidad de Perihelio:
*7
Jardines Aéreos Tragadores: Alucinante combinación de dirigibles,
montgolfieras con faldillas, globos aerostáticos, zeppelines, globos
con góndolas, esferas con barquillas, o por lo menos eso semeja,
todos conectados entre si de alguna manera que trasciende nuestros
sensores, el conjunto está envuelto o atravesado o abastecido de
redes visibles que caen hasta el suelo (para trepar) e instantáneas
que se abren y atrapan a cualquier ser viviente que caiga al vacío
(para salvar), las tribus urbanas han diseñado los planes más
alocados para burlar la vigilancia, pero sólo los cadáveres caen,
se podría decir que el nivel de peligro es 0, pero eso se refiere a
la dinámica de las acciones, ocurre que cuando duermen el jardín
cobra y espiga entre sus inquilinos, es aleatorio y nunca se sabe que
sucede con quienes se desvanecen, se supone que lubrican de alguna
manera los métodos extraños con que funciona el “parque de
diversiones” que atrae jóvenes en lo fundamental, su bosquejo
funcional impide la participación infantil pero no la elimina si son
persistentes, lo cual podría darnos dos pistas sobre los Keplers,
son de tamaño similar al nuestro y con frecuencia sus diversiones
ocurren en grupos familiares. Por eso su nivel de peligrosidad es
alto sin ser máximo, más permite ejercer considerables niveles de
ferocidad lo que lo torna más sangriento que el anterior.
Cerrando aparece la península con un
cerro que por su tamaño es clasificable como montaña, quedando dos
estrechas franjas de playa batida por las olas por las que
transcurren sendas avenidas mutinivel. Estamos convencidos que así
como la patina traslúcida de los túneles debe emparentarse con una
retorsión de la indeterminación cuántica, y el parque aéreo con
la multiplicidad de dimensiones oculta en las ecuaciones Everett,
para la tercera edificación, escombro delirante de alta peligrosidad
hay vinculaciones con la hiperdimensionalidad denominada por algunos
como infinito, aunque sean las sucesivas lentejuelas y laminillas que
se entrelazan arrojando esa sensación de extravío y demencia que
acompaña a las:
*8
Torres quizás infinitas: Siempre cambiantes, no repite aunque
reitera la forma de conglomerado de baluartes almenados y atalayas
rechonchas o delgadas (hay semejanza con bocetos de antiquísimos
castillos) en que se presenta este formidable y frenético fractal
que demuestra ser interminable e insondable cuando se le visita,
traspuesta alguna de sus numerosas puertas o culminada la ascensión
de cualesquiera de sus numerosas escaleras cuando se penetra no
existe seguridad de volver a salir, de allí la numerosa gama de
métodos de salvamento que se comercian en las entradas, tan ominosas
como las salas y pasillos a los que conducen y con frecuencia
mortíferas, la turbamulta de corredores podría constituir un
sistema de transporte averiado o un cachondeo enfermizo que oscila
entre la francachela letal y el arrebato místico de sacrificio, lo
que se sugería en los previos escombros aquí alcanza el esplendor
malsano de la destrucción inmisericorde (de allí que otra deducción
frecuente sobre los alienígenas de los que heredamos tales prodigios
y escorias inimitables es su inefabilidad, de repente como usuarios
guardianes, consiste en que sean una versión evolucionada de gente
como nosotros que domina el cronoviaje fugaz en perpetua expansión y
al usarlo se extraviaron en su propia tercera edificación con cariz
definitivo). Su nivel de riesgo es supremo. De las paredes, pasillos,
estancias, vidrierías, molduras, taraceados y demás parafernalia
arquitectónica que son eventuales armas de demolición personal le
conversaré después.
Mucho de lo que le digo esta
empaquetado primorosa, detalladamente, en sus holodatos y
imagiláminas, pero yo lo desordeno y le presento lo irremediable que
deviene esta realidad inmutable, en la que parecemos estar presos
pero no detenidos ya que no coarta la capacidad creativa ni la
emigración a otros astros, aunque los ausentes suelen concurrir en
describir pesadillas que con frecuencia son mortales. Las
fraternidades de BIDYUS (Búsqueda de Identidad, Descubrimiento del
Yo y Ubicación en el tejido social) que recorren los tres vestigios
arqueológicos suelen ser patrocinadas por los familiares y
encabezadas o guiadas por “inductores sociales”, de esos grupos
organizados siguiendo una serie de parámetros y variables que apoyan
el desenvolvimiento de sus miembros sobrevive el 80%. Existen también
aquellos que desean incursionar por su cuenta y que se organizan
eludiendo cualquier cortapisa, de ellos sobrevive el 20%, posee más
valor personal pero no es estimulado ni prohibido, mi propia
experiencia sucedió en uno de ellos.
Si entiendo, su hija se ha evaporado y
teme que ya esté enrolada en alguno y usted quiere que se la traiga
de regreso acompañándola como maestro en su recorrido. Es una faena
realizable y la asumo, porque toda persona de Perihelio tiene que
realizar esa peregrinación ya que si no cumple, la química que se
ha instalado en su cuerpo y que la impele a consumarla es
inexorable, si se obstruye su despliegue termina por destruirla de
manera miserable y no hay hasta ahora algo que podamos hacer; cuando
desembarcamos lo aprendimos raudos (teníamos referencias de un trío
de naves en la zona cercana a las que sucedió algo terrible con sus
hijos durante su escape, al arribar a un planeta con presencia
anterior de alienígenas que dejaron objetos-trampa) y desde ese
momento hemos ido creando los protocolos para gestionar los riesgos
de ese viaje iniciático.
Existen insisto, otros restos en
distintos lugares del continente pero ninguno posee la grandiosidad
de los tres aquí congregados alrededor de la línea costera, por eso
nuestras miniurbes periféricas no poseen solución de continuidad
con la megaurbe confinada entre maravillas monstruosas, lo cual ha
devenido en importante para la variabilidad de las tribus urbanas y
las relaciones que se establecen entre ellas, clave para desentrañar
los flujos con que se trasladan e interactúan, ya que desempeñan el
papel de un filtro-membrana, que mezcla la probable resignación de
una especie condenada con la seguridad de su destino evolutivo. Por
eso los ojos de los cofrades de las tribus urbanas son brillantes y
su entusiasmo proclive a la excentricidad.
Mientras tanto en los demás
continentes, vastas llanuras aluviales, mesetas en sosegado curso de
erosión, lentos ríos meándricos, pantanos dilatados, bosques
húmedos, roquedales que trepan cual encajes, oquedades con lagos,
suaves cadenas de colinas, mares casi encerrados forzados más por el
tamaño de las comarcas que los rodean que por su apertura en
estrechos o pasos oceánicos (60% de tierra cubre la esfera) no se ha
detectado presencia de sus escombros. Los demás continentes,
archipiélagos y arrecifes por eso continúan siendo vírgenes y sólo
los visitamos por motivos de investigación, exploración o
vacaciones.
Explicación que se expande en gravedad
cuando al patrimonio arquitectónica amenazador se agrega el
pernicioso legado químico que nos donaron, regalo dual que puede
funcionar como condena o liberación, ya que por doquier encapsulados
o escondidos tropezamos con inagotables depósitos de sustancias que
se difunden por tierra, agua y aire y que por autopoiesis se
reproducen y perpetúan sin que ningún mecanismo pueda extirparlos o
controlarlos, actúan sutiles pero demoledoras en nuestros jóvenes
que ingresan en algún momento -desde el final de la adolescencia
hasta el período inicial de adulto joven- a un ciclo de amok o
“locura dulce” dedicado a explorar las tres ruinas, el cual es
inevitable porque existe el deseo pero sin exigencia de ejercer la
voluntad para detener el deterioro y acabar pereciendo.
Por eso arranque con “No somos
condenados” refiriéndome a nuestra condición actual y seguí con
“ni expulsados” porque fue decisión nuestra lanzarnos a la
aventura.
A continuación del recorrido habitual
de los antiguos remanentes espoleado por el “amok dulce” me
transfiguré en “inductor social”, y apenas recibido el
certificado que garantizaba la idoneidad de mi labor recibí un caso
por mesa y no por consulta personal, donde ya planeaba el fracaso:
dos colegas desaparecieron sin dejar rastros tratando de descifrarlo,
el problema era que desde el punto de vista de los procedimientos
acopiados extendidos y conservados en las bases de datos estaban
excluidos sus hallazgos, no eran reconocibles como tales sumergidos
en la basura usual de lo cotidiano.
Empecé como era normal por los Ductos
Húmedos & Secos por su índice de peligro nulo, recorrí los
pasillos fluorescentes adecuados al grado lumínico para mantener la
visualidad homogénea, leves indicios aparecieron, las cuadrillas
germinaban con sus improntas ya discernibles y su estilo reconocible.
Los únicos ataques que recibí fueron de “vagabundos” (define a
aquellos que no se han coludido en en una fraternidad y permanecen
mucho lapso sin decidirse a evolucionar, son erradicados en las
purgas periódicas -ya sea que los liquiden o los exilien- que tanto
las bandas como los mecanismos burocráticos arreglan para limpiar
los pasillos y permitir que la población escolar y adulta haga uso
de las características pedagógicas de los túneles.
La virulencia de los ataques no está
legitimada, sin embargo es el atajo usual que la juventud esgrime
para apurar su recorrido por los “ritos de paso”, el problema
estriba en que demasiados perecen en ese tránsito, y ese
comportamiento es bastante palpable aún en la zona de peligro 0,
siempre descubren modos mortales para ejecutar a otros, recogí una
noche como testimonia alguno: “es impagable ese momento en que el
cuerpo aparece flotando en el agua y perturba la mirada estúpida de
los peces” y como retrucó otro miembro de la panda: también
recuerdo que hubo una hermosa damisela que se alejó de la opinión
de sus pares frente al impulso tanático, proponiendo la clemencia,
que fueran los artilugios y engranajes de las “Tres Parcas”
(nombre que le otorgan los peregrinos) los que seleccionaran. Una
vaporosa estela de información que al desenrollarla en el almacén
de imagiláminas puntualizaba la pujante solidaridad de una muchacha
que con su acción polarizaba a sus seguidores y que empezó a ser
discernible no sólo entre los componentes de su círculo íntimo
sino que se extendió a los demás romeros. Cumplido su instante
solemne en los túneles, les esperaba no obstante, el jardín.
La cuadrilla de mi chica llega
ensoberbecida a pesar de la magnanimidad de su líder femenina, el
jardín demuestra ser feroz e incompatible con esa lógica benigna.
Las salpicaduras de hemoglobina frecuentes, los heridos que
atiborraban hamacas, cestas y nidos, los sonidos (gritos de agonía,
resuellos rabiosos, vómitos y gemidos) y que aún atesoraban las
sensocuerdas (graban y estimuladas por peticiones emiten un
holopauta), relataban una historia dura y tangible de enfrentamientos
ágiles y de crueldad flexible ocurridos entre los globos y jarcias y
cuyas huellas indicaban el inicio de la declinación del poder
benévolo de esa joven que empezaba a obsesionarme.
Describo la síntesis de las
sensocuerdas y lo recuperado en conversaciones casuales: Los
parámetros de acción que se imponen tras sus primeras victorias son
en exceso sofocantes, insisten en eliminar la misericordia con la
vaga argumentación de que el sonido de la resonancia hueca de los
cadáveres que precipitan desde lo alto los “coloca” y se sienten
a un paso de comprender otras dimensiones al oírlo, lo cual sería
útil para su tercera incursión en las torres y el aumento de su
porcentaje de sobrevivencia, luego se preocupan demasiado del
perímetro que controlan y que arrebatan a otros grupos resultando
excesiva el área comprobada y la adjunta vigilada; desde las
congregaciones rivales se extiende el rumor que seguirán acumulando
poder y no migrarán tratando de pervivir hasta el aniquilamiento o
la manifestación permanente de poderío, que por más transitorio
que sea puede provocar un satori (han existido quienes pasaron por
ese trance).
A posteriori encuentro razonables
indicios de la evanescencia del primer colega tras esparcirse el
runrún del usurpamiento de vastas zonas por el grupo de mi buscada y
del surgimiento de una alianza fluida y etérea pero efectiva de
varios grupos, algunos alejados hasta un par de kilómetros, que con
un ataque nocturno los derrocará y expulsará con numerosas pérdidas
para ambas cofradías opositoras, pero el lapso entre la derrota en
los combates y su marcha se estira y antes de que coagule una segunda
ofensiva como se propone la coalición, bajan a tierra dando
oportunidad a que mi segundo colega se inserte y viaje con ellos tras
su destronamiento.
Escapo por los pelos de un par de
emboscadas, quizás por mi interés en saber de mi dama, cada vez
estoy más enganchado a sus circunstancias y recreo y reformulo las
variables que la componen para obtener símiles (¿cómo se comporta
ante cada acontecimiento? ¿cuáles son sus motivaciones? ¿que
expresa?), el colectivo ha quedado signado por la impotencia, se
encaramaron a un pedestal muy intransigente respecto a los motores
que los acicatean, lo cual ha engendrado una frustración que puede
empujarlos a la vesanía, se manifiestan como una par de camarillas en
torno a las cuales oscila una masa voluble y emparedados entre los
muros vivos de las torres esa división constituye un peligro mayor.
En un mercadillo de las escalinatas
topo con un biochip personal de ubicación georeferencial que
funciona con orina, sangre, semen, fluido vaginal, saliva, etc.
producido por el cuerpo del propietario (por
ejemplo, orino sobre mi biochip de georeferencia para que apenas
empieza a funcionar provoque un loop de autolocación y ese circuito
reverberante es tan potente que atraviesa las paredes vivas de la
torre que parecen odiar el olor de los meados humanos), tras
su revisión no cabe duda que mi segundo colega pasó por allí antes
de ser borrado, parece que una vez descubierta su interferencia
decidieron liquidarlo, por eso ni quien lo oferta ni quienes se lo
vendieron poseen la capacidad cognoscitiva para manipularlo.
Las torres con una peligrosidad máxima
que tiende a empeorar día tras día empuja a madurar rápido a los
asociados, pero sin guía orientador se encuentran bajo presión
extraordinaria y con criterios éticos extraviados, por eso seguro
que lo han colocado como esclavo: de repente a los “sangrientos”
(aquellos quienes creen que para que la torre gire y entregue su
secreto requiere ser lubricada con sangre, así que debe estar
muerto) o a los “barrenderos” (obsesionados en limpiar de
adentro-afuera las torres hasta borrar cualquier huella humana para
recibir la recompensa que los “Keplers” han destinado a quienes
ejecuten dicha limpieza, con alta probabilidad de que lo hallemos
vivo -esos grupos están constituidos por aquellos quebrados que han
obtenido la B y la D (Búsqueda de Identidad y Descubrimiento del
Yo), pero no la U (Ubicación en el tejido social) y por lo tanto no
cumplen con la inserción como adultos-. Informo de inmediato antes
de sumergirme en la torre, guardo impresiones vívidas de la primera
vez, menos de la segunda (son uno de los pocos que ha participado en
ambos tipos de BIDYUS aprendiendo multitud de trucos) y así
sucesivamente hasta tornarse habitual.
Aplicarlos significa ser lo menos
conspicuo posible, establecer lazos inmediatos con los comerciantes,
abastecedores, chalados, que parezcan estar en la onda empática
adecuada para obtener información y/o entregar regalitos (en mi caso
evocaciones instantáneas en alta calidad del Perihelio ideal según
la creencia de cada congregación o pandilla que tropiezo). Avanzar
por las tres primeras escalinatas me toma un día entero, aprendo a
espuertas pero hay demasiado para procesar, corriendo riesgos en la
zona de defecación abro un puerto en mi cráneo para que me escaneen
el biochip y me devuelvan síntesis propositivas, la respuesta llega
veloz, retroceder a la segunda escalinata e ingresar hacia la derecha
(desde la geometría sería imposible porque significa ir hacia donde
no existe construcción pero en el interior de la torre no hay
límites para el acomodo de espacios), han visualizado un diminuto
trocito de tela celeste que la pared está devorando y que formaba
parte de una de las faldas de mi moza. Infatigable troto por
pasillos, estancias y balcones, se que voy por el sendero equivocado
cuando choco con esqueletos empotrados en hornacinas.
Retrocedo, me extravió, estoy tan
cansado que me limito a dejarme caer en un rincón donde alguien
intentó armar una yacija que ha abandonado; tengo suerte de
despertarme cuando escucho resuellos y resultan ser de un par de
socios que traen acogotada a una chica, la suerte que le espera será
terrible, son “motores”, o sea moradores de las torres, cuya
esperanza de vida es insignificante pero eso si intensa, los ataco
sin advertencia cuando caminan a mi lado, como ambidextro a uno lo
hiero en el cuello sobre la carótida, y en simultánea al otro lo
apuñalo un par de ves en los riñones para que caiga y le pueda
atravesar el cogote, ella yace inmóvil aún sin comprender bajo
ambos cuerpos, le susurro que salga y su mirada agradecida es ya una
recompensa, por estar conectado los ministriles de apoyo llegarán
pronto, la solidaridad trae su premio, ella forma parte del grupo de
mi doncella (en términos románticos no fisiológicos por supuesto)
y me dice que se perpetrará una ceremonia de pago para que la torre
se abra a otras dimensiones, que se llevará a cabo a mediodía de
ese día, por fin mi heroína derrotada por la línea dura será
sacrificada, si me apuro arribaré puntual para rescatarla.
Las programaciones son inútiles con
frecuencia. Me despisto un par de veces y cuando por fin alcanzo el
enorme salón de destino cubierto de grabados de extrañas aves que
se observan gastadas y opacas y torsos semihumanos de una belleza
impresionante, pareciera que son recién insertados por la pared, se
sienten vibrantes y frescos; un alto-relieve expone un boceto de
gigante sin facciones, mucho músculo y poca expresividad, se que la
pared recoge lo que la mente le entregue, pero le falta arte, a sus
pies, a unos dos metros de altura están clavadas las manos de la
protagonista a inmolar en una placa a 45 grados; a un costado se
difuminan bloques gráciles, casi etéreos, al otro una mezcla de
enrejados y plantas semejantes a palmeras, ambos originales. La pared
viviente ya se ha tragado el cuerpo cubriéndola de una sustancia
pegajosa que endurece pronto y solo queda por devorar el rostro.
Le digo al cliente: ¡En este punto me
permito una interrupción para convocar a mi secretaria, socia,
esposa y ayudante de aventuras! Y antes que su hesitación se
convierta en negativa llamo: Mariev y enseguida se aproxima.
Es necesario su presencia, pregunta sin
embargo el atribulado padre. Le contesto ¡Claro que si¡ y prosigo:
Solté un par de bombas de sonido y
haces de “enredaderas” que se enroscaron en torno a los
presentes, quedando mudos y pasmados. Me precipité hacia la ofrenda,
parecía ser demasiado tarde, la sustancia gelatinosa ya cubría su
faz solo emergían los labios, me desesperé y rabié, comprendí que
seguirla para rescatarla significó que la comprendiera y me
enamorara, el dolor me atravesó y lloré, mis lágrimas cayeron
sobre su rostro, me incliné y la besé con deleite y suavidad, su
boca deliciosa aún estaba tibia, permanecí así hasta que un
cosquilleo me obligó a saltar, me estaba dando respuesta y la
sustancia exudada por la pared se desprendía en tiras y fragmentos,
la intuición me impulsó a seguirla besando, nuestras lenguas se
enlazaron y sentí el palpitar de sus arterias en las mías, me
estremecí, ella recorrió idéntica tesitura y se escucho un plop
cuando se desprendió de la placa ceremonial, la cargué, la envolví
emocionado entre mis brazos, los ministriles llegaban con los
paramédicos y se la entregué para su recuperación.
Por eso se que podré recuperar a su
hija, tengo experiencia, conocimiento de los ciclos de BIDYUS y algo
que hemos descubierto que embota el filo de la química de los
Keplers y nos permite actuar y mantener la esperanza: el Amor.
Que como se llamaba la hermosa joven
que rescaté en esa ocasión: ¡Mariev!.
Las ilustraciones las saqué de mi carpeta de Space Girls, es probable que algunos de los nombres se encuentren equivocados porque las recolecté durante un largo período y no siempre existían datos en las webs donde las hallé, lo cierto es que devienen en un homenaje a las mujeres aventureras que han construido un universo, en especial a Ana María, la princesa a quien tengo la gracia de acompañar en la vida.
1. Sleeples Spacegirl - jAt7W
2. Ama - Mario Mario
3. Space Women - Jon Haubesch
4. Alien Visitor - Boris Vallejo
5. Space Girl - Will Murai
6. Zachodnio-Pomorskie - Simon Anapt
7. Space Girl 2 - Rafal Wojcik
8. Space Girl -David Mattingly
9. Spacegirl - Frank Cho
10. phrrmp:" XIZI ." Cyberpunk - zmx960
11. Spacegirl - Joe Jusko
12. Space Princess, ArtStation - Salvador Trakal
13. Spacegirl - Simon Bisley
14. Mantis Claws by Michal Dutkiewicz
15. Venus Prime 2 - Jim Burns
16. Space Girl - Hubert de Lartigue
17. Translucent Mind the Stars of Autumn Paul Francis
18. Space Girls - Carlos Valenzuela as Valzonline
19. Pepper Robot II by Artgerm
20. Mechanic - Elaewin
21. Exiles at the Well of Souls - Clyde Caldwell
22. Chaos Drive - Manuel Reinhardt
23. Space Girl - Robert Lugibhil
24. Heavenly Body - Rhiannon Owens
25. Spacegirl - Joerg Warda
26. Woman Astronaut - Peter Stevens
27. Space Girl - Matt Dixon
28. Coolvibe Girl - Petr Morozov
29. Foolhardy Girl Dangerous Rubber Suit - hdwallpapers.cat
30. Torque: Insane Cyclone - BG Bucket
31. Fastner & Larson Retro scifi
32. Space Girl - Ancharia
33. Pin Light - Brandon Michaels
34. Crazy Red Galaxy Saga - Shim Jae-Woo
35. Futura - Vincent Segrelles
36. Pulp Stuff Aliens Space Starships - John Blumen
37. Space Girl - Lenard Curtis
38. Astronaut - Alice Hamel
39. Space Girl - Sandra Chang
40. Spacegirl - Jan Unolt
41. Nike 3D Art - Sengjoon Song
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