Luminoso Defecto o porque debemos leer a Egan



 Greg Egan siempre me ha atraído y en algún momento decidí comentar una de sus antologías, acabo de compartir Axiomático y ya estoy leyendo Luminoso, como adelanto presento un comentario al relato del título.
A mi juicio, el relato denso y fluido resbala cual mezcla de mieles atiborrándonos de sabor y asombro. quizás le falta un sustantivo para alcanzar su densidad exacta y quedar a punto para hornearse en el actual batiburrillo de economía financiarizada repleta de maniobras casi o de lleno dolosas con futuros autorizadas por la vía legal, intereses negativos, contracción de la ganancia en la producción e inundación de masa monetaria en los bancos y corporaciones mientras a la gente común y corriente no le llega y moran en el desierto de la carencia en medio de un: 
Luminoso Defecto, por la increíble maquina y por la teoría de base que crean los protagonistas para explorar el mundo y las matemáticas se aproxima el relato a esa situación bárbara donde el imperio USA, si le exigen pago en oro por la redención de sus bonos (detentados en alto porcentaje por China, Rusia y Japón) el próximo mes podría declararse en quiebra.
Alison, la protagonista dice que: Calcular la diferencia entre la verdad y la mentira requiere de un mapa fractal donde convergen dos ondas numéricas y cuyo borde de encuentro semeja un cuadro de Escher, lo que posibilita esa imagen es el azar actuando como organizador caótico en lo local, lo cual es suficiente para efectos del relato y nosotros los lectores quedamos enganchados al discurso explicativo que además bebe de la aventura, la intriga, las trapisondas de la corporatocracia, el exotismo, los discursos epistemológicos, la filosofía cuántica al estilo de Capra, la profusión de gadgets tecnológicos (necrotrampas, ordenadores de luz, matrices de rayos láser), la penetrante y abarcante visión de la ingeniería biotecnológica, tan apabullante que uno casi siente las cascadas de genes, virus y partículas letales derramándose sobre los infectados, y que se utilizarían para doblegar voluntades, uncir mentes a bellacadas empresariales, enfermar órganos, denigrar y demoler cuerpos en aras de la tasa de ganancia.
Personas, estrellas, dinero, neuronas girando en un apocalíptico remolino, probablemente mortífero, sólo para arrojar ganancias a las fauces voraces de la corporación Industrial Algebra. Alucinante ataque que desde ese borde fractal de las matemáticas se lanzaría sobre la realidad, -lubricado por los artilugios construidos por la empresa, a partir de la teoría numérica que surge borboteando del punto de encuentro de las oleadas-, tragándola y retorciéndola hasta límites espeluznantes
Esa es CF de la buena, tan firme en su especulación que por un momento nos estremecemos ante los efectos que podemos predecir, la locura que acecha en los bloques numéricos girando y gimiendo porque están vivos y pueden expresarse en elementos físicos, la descomposición y derrumbe de las verdades aceptadas y gracias al efecto de los artilugios el desmantelamiento de certidumbres y la erosión inevitable de la realidad, ya que tiene presente el debate sobre objetividad y la distinción entre sujeto libre que elige y el modelo estandarizado que lo constriñe, el equilibrio siempre es precario, la impredecibilidad se impone y sorprende a los planes de investigación mejor trazados, a los cerebros organizados.
Una metáfora válida sería que ese choque entre olas matemáticas que se devoran mutuamente representaba un esfuerzo equivalente a trepar por el aire llevando discos de hule para lanzarlos y pisarlos cuando quisiéramos girar noventa grados y trazar una ruta alternativa el interior de la gran bóveda del universo.

Tras revisar el texto amplié el comentario con una aproximación más visceral y emotiva diciendo:
Descripción vívida y exacta de los mecanismos biopsicológicos, tan subyugantes que uno quisiera verlos en funcionamiento real. Ritmo creciente que te pone a bailar con sus ideas, parece que no puedes abandonar la ruta que te traza, sin embargo captas que es como un paseo por nuestra propia mente ultraramificada, sabiendo que historia, que personajes, que sustancias, que conectes, van estableciendo cada una de las ramas estimuladas y uno va sobrevolando en un cóptero antigravedad, supervisando, analizando e introduciendo un ligero cambio por aquí, un leve retoque por allá, y enriquecemos el encuentro con el texto.
Se refiere además al proceso que sigue cada científico -blando o duro- respecto a sus potenciales expuestos ante el andamiaje de poder académico y económico, el cual ya le ha ido construyendo un nicho según sus apetencias y búsquedas para succionarle y engatusarlo, lo ha forrado con imágenes atractivas basadasen sus algoritmos y lo ha atiborrado de cables y circuitería para su disfrute y vigilancia, así lo que crea su mente será entregado para convertirlo en mercancía; lo que eclosiona es lúcido, potente, rompedor.
La lectura es fluida y convincente, coloca con maña cada fragmento elegido y cada anécdota del personaje tornándola con sagacidad en una biografía articulada y creíble,tan desesperadamente perspicaz, tan tremendamente específica que hasta mete temor y retroalimenta pavores ya apagados relacionados con nuestras decisiones pretéritas.

Detallado, tanto que si no fuera por su amenidad bordearía la exageración, así la explicación científica resulta tan clara y contundente que te trepas a su tren para que te transporte a la estación final... y es que hasta la prospectiva política que acompaña al relato puede ser entendida como perfecta y encajable en ese futuro radiante -pero nauseabundo- y siniestro -no obstante fascinante y estimulante- a partes iguales cual busto de Jano, empujándonos a creer en observaciones de hígados recién eviscerados de aves para adivinar el provenir, al estilo de biotechchamanes.
Leer a Egan es como sacudir el árbol del conocimiento, es tan nutrida la profusión de frutos que caen rebotando entre si mientras trazan sus rutas aleatorias desprovistas de gravedad, y dibujan diseños desconocidos pero con elementos discernibles para tentar el impulso de interpretación; a medida que uno se interna en la lectura descubre que uno de sus secretos es comportarse cual droga que entrega neodimensiones a cada segundo para explorar.
Fueron quince páginas increíbles, cuando parecía que estallarían en un indescriptible castillo de fuegos artificiales dispersando nuestra atención y capacidad de asimilación & elección anonadándonos, nos conduce a un remate sin cierre y es en esa negrura cuando comprendemos que el relato ha logrado su objetivo, es exitoso, Greg es un maestro en manejar ciencia y palabra en sugestiva coordinación  y nos cautiva.
  Para ilustrarlo he recurrido a Michal Dutkiewicz (usando en lo fundamental al Tomo 14 de Art Fantastix: The Art of Michal Dutkiewicz), a quien dedicaré el próximo post, por lo cual puedo eludir comentar ahora acerca de su vida y obra. Las láminas cuyo nombre desconozco y le inventé uno de mi cosecha llevan (l)
1. Alien Encounters 02 (i)
2. Morning Glory Fairies
3. In Proportion
4. Pterosaur Riders
5. Action Spacegirl und Bloopster
6. Matrix
7. Friends (i)
8. Butterfly
9. Ornithomimus
10. Tube Girl
11. Chat Up Line, the
12. Behemoth Riders 01
13. Droid Dresser
14. Behemoth Riders 02


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