Tenebra: Crestomatía que erige una escalera para ascender a las cúspides del terror


Tenebra
Muestra de Cuentos Peruanos de Terror / Torre de Papel

Publicada por Mil Inviernos el 24 Julio 2017

Selección y Pŕologo: Carlos Enrique Saldívar
Las deliciosas biografías pergeñadas no sólo humanizan sino logran que simpaticemos con los autores, hay algunas infidencias, que espero deliberadas, en el afán de actualizar los retratos que de alguno(a)s pudiéramos haber adquirido con anticipo.

Dedicada a Carlos Calderón Fajardo, ese escritor prolífico y sereno que nos deslumbra o que nos hiere con sus obras fantásticas cuajadas de extrañeza y nimbadas de belleza discurriendo en la periferia (pienso en “Playas”) del conocimiento o la emoción, pero convirtiéndola en diseño de geometría extraordinaria (trilogía sobre Sarah Ellen) e imaginación inagotable (cualquiera de su bibliografía).

La carátula de “La Clínica Digital” mezcla gótico y manga de terror (en especial Ringu: El Aro) con solvencia logrando inquietarnos lo suficiente para que le echemos una segunda mirada y eso es clave y conveniente cuando sucede frente a la góndola del supermercado o el anaquel de la librería.

Se lee rápido, la calidad media es altísima… y no porque sea una antología de terror pergeñada en un país con una tradición breve y débil, unos gustarán más que otros, pero excepto un par ninguno lo dejará indiferente, así que a hincar los colmillos, morder con fruición y retorcer el puñal en la hendidura (no importa cual que será recibido con placer) mientras degustan sórdidos sucesos, posesiones oscilantes entre la ofuscación y la machaconería embrutecedora, monomanías compulsivas y hasta éxtasis sublimes, que los hay, aunque discrepemos de sus motivos motorizadores.

Prólogo; El Terror que nos atrapa: Carlos Enrique Saldívar consigue extraer fluidos multicolores de la versión historiada en que nos expone la presencia del género en nuestra literatura, recupera autores claves, puntea con tonos graves las temáticas de los 16 relatos mientras pasea por su amplia gama sembrando detalles, sugiere motivos para su relativa marginación y lanza explicación con fecha para su actual eclosión, sin olvidar nombrar las obras que ya configuran la panoplia del movimiento que empieza a dejar huella y a defenderse.

La Criatura de los Humedales: Liliana Flores Vega
Interesante crónica hilvanada con soltura y eficiencia que mezcla mitología inca con guiños lovecraftianos, en el primer caso Urpay Huachac alude en efecto a la que pare palomas en el pantano, considerada diosa del mar y de los humedales, madre de los peces y de las aves marinas, adorada por los pescadores; en el segundo se apropia de los conceptos de “antiguos Innombrables” y “no se puede matara a lo que ya está muerto”, horror de los horrores que actúa sin piedad, lo cual queda rubricado en esa posdata que muy bien podría cerrar un relato de los Mitos de Cthulhu.

Amor Filial: Jim Rodríguez
Una nota de suspenso vibra sobre la aparente apacibilidad de la noche, la rutina es quebrada por una aparición insólita y el terror empieza a tremolar y a depositarse en cada palabra reiterada, en cada razonamiento drenado, pero la fascinación mezcla de estupefacción y pasmo que se anida en las postreras frases le otorga la capacidad para sobrecogernos y aterrorizarnos. Exquisito sin ambages.

La de la Idiota Sonrisa: Carlos Carrillo
Atrapa desde la primera línea y se lee en un suspiro… tembloroso, porque no escatima el horror y las descripciones sanguinolentas; elevado manejo del tiempo narrativo, de los tres personajes, la Madre no tiene nombre quizás representando a todas las madres, Lourdes la hija evoca el milagro embaidor de los pastorcillos, la farsa montada por la iglesia portuguesa, Mehrla la amiga equivale a mirlo: para los griegos era animal sagrado, aunque destructivo relacionado con miedo y promesas al mismo tiempo y entorno a esa rauda relación se despliega un terrorífico plan que podría afectar a la humanidad.

Oxiuros: Jorge Casilla Lozano
Inicia con una muy buena metáfora: Infinitos recuerdos se alborotan en mi cerebro, intentando escapar por mi boca. Se asemejan a miles de murciélagos que quieren huir de modo alocado por una angosta grieta horizontal” Historia de un ermitaño amargado que crea vida a partir de sus -o debería decir de SU parásito- en un desenlace catártico y no por ello menos horroroso. Original y estupendo.

El Nacimiento de la Maldad: Sarko Medina Hinojosa
Imposible nacimiento de una bestia putrefacta pero que calza exacta en el propósito casi biográfico y metafórico que pugna por organizar ese cuerpo y esa voluntad nutrida por la ira y el deseo de venganza, presentado con una dosis de cotidianidad que lo torna manejable. Una hipotética Asociación de Canes y una Sociedad Protectora de Animales aplaudirían si lo leyeran.

Disección: Yelinna Pulliti Carrasco
Potente (y asimismo suave) fantasmagoría que destila compasión por los cadáveres bajo el bisturí de la necropsia, formidable versión empática con cierta dosis de sarcasmo que conecta el mundo del espíritu con el mundo de la objetividad… pero la dimensión infernal envía su representante para la repetición del ciclo de “disección” en un bucle interminable. Altamente recomendable.
La Bruja de Benfirld: Edinson Mucha Soto
Transmutación de “cambiaformas” y capacidad para el control mental a distancia, que más podría desear una bruja; delirio alcohólico y extrema sensibilidad en el raro candidato a esquizofrénico que narra, que mejores cualidades para un obseso sexual; niños desaparecidos y encontrados semi-devorados, que horror mayor puede albergar una ciudad, júntelos y tendrá la ruta para recorrer el misterio de estas páginas.

Te Espero: Tadeo Palacios Valverde
Mezcla de masoquismo ultrareligioso y obsesión sexual provocada por el constante rechazo al deseo, las imposiciones del Opus Dei y los espejismos fantasmales creados desde la soledad monacal, con resultados sangrientos e inmundos semejantes a una hecatombe, más la lubricación termina y el hastío erosiona la segura relación y entonces...

El Circo de los Horrores: Carlos Trujillo Ángeles
Descripciones suculentas de horrores que abrevan en los episodios terribles ofrecidos antaño por Bradbury, Sturgeon y Finney, complicidad y vesanía mancomunados a sacrificios casi rituales y degollinas engrasadas y hasta suavizadas por las entontecidas víctimas, funden anclaje clásico y perversión contemporánea.

Pánico en Chiclayo: Gonzalo del Rosario
Fuerte es el impacto de sus cuadros, es llevar la idea de Kate Wilheim y Theodor Thomas en The Clone y las peripecias del film The Blob a su máxima expresión; amebas de fuego penetrando por la piel y los agujeros corporales lo rubrican.

La Chica de la Encrucijada: Marcia Morales Montesinos
Es una viñeta que no alcanza a florecer, es un deseo que no llega a dilatarse. Es una expectativa que se cierra sin remedio… y si detenía el vehículo, la noticia en el periódico diría dos víctimas en vez de una.

Reencuentro: Julio Cevasco
El detalle arquitectónico de la ventana, la presencia de séptimos hijos varones convertidos en lobos tragando tripas, el Síndrome de Hutchinson-Gilford expresado en cabezotas deformes, calvas y repletas de bultos en el primer párrafo y en un contexto medieval demuestran el afán de complejizar y entregar datos para enriquecer, sin embargo, una dudosa categoría de incesto “interruptus” mezclada con macho cabrío estalla para otorgar un final trepidante y aleccionador.

Sólo Quiero un Pedazo de Carne: Lenin Solano Ambía
Variación polifónica sobre desgracias zombie, ingeniosa manera de exprimir jugo de la carne podrida de ese concepto popular mágico religioso que expresa el deseo de las muchedumbres de entregarse a la eternidad del deambular y perecer de desgaste sin pensar ni sentir, la descripción de las vilezas acostumbradas es vívida (al ser ejecutada por el protagonista) y flameante (porque las llamas son necesarias para purificar). Agregaríamos que los zombie son apocalípticos pero no integrados en términos de Umberto Eco.

Bichos: Glauconar Yue
En la línea de la novela negra fluye y se agarra como las garras del tarso de los Arthropoda del cuento que han tejida una conspiración, para irnos entregando desasosiego y asco, mientras la confusión del detective quizás por influencia de una droga psicoactiva se mezcla con la riqueza de detalles con que se va ilustrando e iluminando la intensa noche que atraviesa. Maduró mucho Glauconar desde ese primer texto que leí y que publicamos en Velero25.

Ojo por Ojo: Jeremy Torres-Montero
Brutalidad sadomasoquista a raudales, repugnante y diabólica, la reproducción especular del verdugo permite la irrupción del Código Hammurabi como imagen de la justicia retributiva que impartida por un demonio puede ser simétrica con el comportamiento del uno soportado por la otra, al final aunque afloja el terror se torna sicalíptico lo que agrega una sensual ventaja.

Simbología Aberrante: Carlos Enrique Saldívar
Una investigación policial que se va espesando con la acumulación de virulentos crímenes y un celaje acribillado de nubosidades y presagios en torno a las causas y motivos para cometerlos, ejecutados con vesania por autores ocasionales o azarosos en un ciudad estremecida y sacudida por el pavor, todo ligado a una revista sospechosa e ilegal, culminada con un horóscopo nauseabundo cuyas predicciones sino fueran horrible serían un deleite para los despiadados; el relato trae una vigorosa puesta en escena, exquisita planificación de las partes y un final estremecedor y redondo que demuestra aptitud competente y pesquisa minuciosa.


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