Comprendiendo el Sueño Chino: La búsqueda de la dignidad y la felicidad para el planeta
Inicios: Semejanzas tempranas con el Kuomintang
Reflexionando sobre los tremendos cambios acaecidos en el mundo: en especial el naufragio del sistema unipolar con hegemón y emergencia de uno multipolar basado en el respeto, la coordinación y la solidaridad entre los pueblos creí conveniente leyendo a Osvaldo Rosales en su libro sobre el Sueño Chino ir parafraseando algunas de sus ideas para aportar a mis amigos y amigas de Jaq' Aru en este tema crucial.
Para comprender porque China está derrotando hoy a USA tenemos que remontarnos al pasado, para no dilatarlo empecemos por Sun Yat-Sen y sus tres ideas rectoras (nacionalismo, democracia y bienestar del pueblo). Agreguemos los seis máximos : tamaño, excelencia, progreso, dignidad, riqueza y seguridad-felicidad; y los cuatro lemas más referidos a la nación: la más fuerte; la más rica, la más incorrupta y con el gobierno más justo y los ciudadanos más felices, objetivos que dibujan una visión comprometida, límpida y optimista con el futuro.
En lo económico, significaba atraer inversión extranjera directa, alentar alianzas con empresas extranjeras y atraer estudiantes del exterior enviándoles los propios. Implicaba apoyarse sobre todo en la innovación moldeando un estilo chino y renovarse a partir de los avances internacionales en ciencia, tecnología y cultura.
Aquí tenemos un excelente punto de partida para explorar la relación con Occidente, sin olvidar el telón de fondo del Siglo de la Humillación (1839-1949) que elpueblo chino nunca olvida, anegado en sangre, saqueos, indemnizaciones de guerra, desintegración de la dinastía, invasiones de ejércitos extranjeros, masacres, incendios, guerras por doquier y robo puro y duro, liderado por UK, Francia, Japón, USA y Rusia zarista.
Originalidad: Desviaciones del modelo soviético
Mao empezó a cuestionar el modelo soviético de desarrollo casi desde el inicio. En efecto, criticaba la planificación centralizada que apostaba a la industrialización, con énfasis en la industria pesada. En su opinión, las características chinas sugerían la relevancia de la agricultura y la industria ligera, la industrialización del campo, la planificación descentralizada, el énfasis en proyectos intensivos en mano de obra antes que en el capital, el desarrollo de las zonas del interior, las más pobres, y el uso de incentivos morales antes que materiales para estimular el compromiso con la producción como base del socialismo chino.
La llamada campaña “ Que se abran cien flores y compitan cien escuelas” fue de corta duración, no obstante, permitió insistir en la particularidad china: inmensa, la más habitada y con datos y registros acumulados de muchos siglos, que impulsaban a pensar el porvenir con intensidad y con variedad apoyados en esas características.
A Mao le inquietaba la forma en que se le venía restando importancia a la lucha de clases, cómo se establecían vínculos –para él indeseables– entre marxismo y confucianismo y cómo se transmitía “una peligrosa neutralidad ideológica en las artes”, aunque entendía que el principal recurso de China era su vasta población y, por ende, era evidente tanto por razones ideológicas como prácticas, que el “modelo chino” solo podría ser intensivo en trabajo y necesario diseñar un vínculo industria-agricultura menos conflictivo que el que había caracterizado a la revolución rusa, que quedo plasmado en la estrategia que se llamó el Gran Salto Adelante (GSA) apoyado en la comuna.
Tras los descalabros y la gran hambruna de 59-60 pasaron a la Revolución Cultural Proletaria, último pujo utópico de Mao (RCP) lo cual significaba: derrocar en el partido a quienes hubieran adoptado el “camino capitalista”; desburocratizar al partido, alentando la lucha espontánea contra todas las formas de autoridad burocrática; destruir a los “cuatro viejos” (ideas, cultura, costumbres y hábitos); reducir las distinciones entre trabajo intelectual y manual, y exigir a todos los estudiantes su participación en este último; reducir las diferencias entre campo y ciudad.
Este movimiento era comandado por la Banda de los Cuatro que cometieron errores graves que gravitaron negativamente sobre el proceso, y sus ejecutores Los Guardias Rojos quisieron matar el pasado, pero chocaron contra la milenaria cultura china y se hundieron en el descrédito; esos fracasos en pulsar la tecla ideológica para plasmar la Revolución abrieron paso al pragmatismo de Deng y sus ratones irisados y eficaces, y así se transitó a un nuevo período.
Princess Spaceship, the Yeong yeong
Orientación precisa: Reiteración de afianzarse sobre lo original naciente
Hay que recordar que para los chinos el marxismo nunca fue una ideología rígida (tal como ocurriría más tarde con otros movimientos revolucionarios del Tercer Mundo, por ejemplo con Jaime Bateman Cayón, el líder del M19, espejo al cual se asoma Gustavo Petro Urrego), sino más bien una continua adaptación a las condiciones de la realidad histórica.
Por eso, retornado al poder, Deng reiteró sus inquietudes de siempre: énfasis en alcanzar a las economías occidentales más avanzadas, sobre la base de adelantos en ciencia, tecnología y educación, se orientó a elevar el nivel de las ciencias al promover la formación de una masa crítica de varios miles de científicos a los que dotó de facilidades y de seguridad económica.
A Deng lo abrumaba el retraso chino respecto de Occidente en ciencia y tecnología. Deng buscaba convencer a su audiencia marxista de que la ciencia y la tecnología eran resultado del trabajo del ser humano, que el trabajo mental era tan respetable como el físico y que los científicos debían dedicarse a lo suyo, sin distraerse en actividades políticas, ponía de relieve el atraso chino en polímeros, energía nuclear, electrónica, computación, astronáutica, láseres y semiconductores, ámbitos que según él –y con acertada intuición, moldearían la vida de la humanidad en las décadas siguientes.
Por tanto, si de sueño chino se trataba, la principal urgencia era aprender de Occidente en ciencia y tecnología y jugarse por cerrar en forma gradual esa brecha, aceptando esa necesidad de aprender de Occidente y de atraer inversión extranjera, apoyándose a la vez en que se permitiesen avanzar en las cuatro modernizaciones que inicialmente había propuesto Zhou Enlai: agricultura, industria, defensa nacional, y ciencia y tecnología.
Frente a quienes empezaban a dudar de la superioridad del socialismo, Deng insistía en que el único camino era conseguir tanto mayores tasas de crecimiento como niveles de eficiencia económica superiores a los mostrados por las economías capitalistas.
Con su propuesta de reforma y apertura, Deng dio inicio a una triple transición: de una economía cerrada a una abierta; de una economía planificada a una de mercado y de una sociedad rural a una urbana. Esta triple transición realizada en el país más habitado del mundo no pudo sino influir en el conjunto de la economía mundial, fue el gran arquitecto del salto económico de China, que llevó a que su economía creciera a un promedio anual del 10% durante cuarenta años, logro sin parangón en la historia de la humanidad.
Strongest Pick Up System, the Xiaomingtaiji
En ese lapso, la pobreza en China se redujo en 850 millones de personas; el país se transformó en primer exportador mundial de bienes, primer productor manufacturero, principal tenedor de reservas internacionales y principal acreedor de los Estados Unidos, la plusvalía dejó de ser el eje de la teoría de la explotación y, por ende, podía permitirse la propiedad privada de los medios de producción que la generaban.
Ahora en tanto la propiedad pública dominase el conjunto, a través de la planificación, diversas formas de propiedad podrían coexistir, el criterio para juzgar si algo es correcto o erróneo es si promueve el desarrollo de las fuerzas productivas, el fortalecimiento del Estado socialista y el aumento del bienestar del pueblo, el partido ya no sería solo el representante de la clase obrera, sino también de las fuerzas avanzadas de la producción (es decir: los propietarios de los medios de producción, empresarios, ingenieros y técnicos) y las fuerzas avanzadas de la cultura (intelectuales, artistas y científicos) guiados por cuatro principios: la construcción del socialismo, el gobierno de la dictadura del proletariado, el liderazgo del PCCh y el pensamiento marxista-leninista-maoísta.
Estableció además una estrecha interdependencia entre las cuatro modernizaciones y los cuatro principios, al alegar que ambos se necesitaban y se potenciaban de manera recíproca. Deng buscaba neutralizar a la derecha del partido al ofrecerle las cuatro modernizaciones, y a la izquierda, al guiarse con los cuatro principios.
Con la lógica de “empujar, consolidar logros y seguir empujando”, Deng veía las ZEE (Zonas Económicas Especiales) como un mero punto de partida, pues aspiraba a que en torno a esas zonas se constituyesen centros metropolitanos de amplia gama, donde convergiesen industria, comercio, agricultura, viviendas y turismo, que atrajeran mucha inversión, tecnología y técnicos extranjeros.
Dos eran las claves por explotar: aprovechar la cercanía geográfica con Hong Kong y Macao, dos zonas de elevado nivel de desarrollo, y aprovechar también las numerosas colonias chinas en ambos lugares, en lo que sería el primer paso para atraer inversión extranjera. Defendía el apoyarse en el mercado, en la iniciativa privada y en las fuerzas de la competencia, pero subrayaba el firme control del partido para asegurar objetivos públicos, para evitar que los capitalistas dominasen la política, para conservar la propiedad pública de la tierra, conservar el amplio papel de las empresas estatales y el mantenimiento de la planificación económica estatal para definir los grandes lineamientos del desarrollo.
Aquí, de nuevo, aparecía el énfasis de Deng en los objetivos de mediano plazo, que no podían dejarse abandonados a las fuerzas del mercado (de allí la necesidad de la economía de mercado planificada).
Entre 1979 y 1995, dos tercios de la inversión extranjera que llegó a China provinieron de Hong Kong y así en el crisol de la revolución se precipitó y consolidó el socialismo con características chinas, el cual argumenta que la principal diferencia entre capitalismo y socialismo no radica entre mercado y planificación, sino en la propiedad pública o privada de los principales medios de producción. Se agrega, además, que el objetivo del socialismo no es el igualitarismo, sino la prosperidad compartida, lo cual permite interpretaciones quizá más laxas pero siempre estimulantes. 
City of Dead Sorcerer Carnby
Diversas peripecias indican la pugna soterrada respecto a como plasmar la línea del partido, fue entonces el episodio de Tianmen, mientras Hua encabezaba la concepción científica del desarrollo (globalización económica por medios pacíficos), el Go West y la emergencia pacífica con el ingreso a la OMC, el crecimiento a dos dígitos anuales 10% de manera indefinida (para remediar descoordinación sectorial y las brechas de crecimiento y bienestar entre el campo y la ciudad y entre el delta del río Yangtsé y el interior de China, lo cual además abrió fértiles espacios para la corrupción, es así como los servicios elevan su presencia en el PIB en desmedro de la manufactura con lo cual ya no están obligados a crecer como en la primitiva versión, pero sus acciones igual impactan en el mundo.
God of Blackfield Shin Insung
Colofón con ritmo anonadante:
Ahora Xi dice: ¿Dónde está el nuevo camino? En la innovación científica y tecnológica, y en la transición del crecimiento impulsado por los factores [de producción, como tierra, capital y trabajo] y la magnitud de la inversión al crecimiento impulsado por la innovación. Pero no se trata solo de estar atentos a la dinámica de innovación en ciencia y tecnología.
Para Xi, el desafío chino radica en poder definir ni más ni menos que las reglas del juego, es decir, que sea China el jugador determinante (o sea mediante el “sistema nacional de innovación”):una ciberpotencia global. Hay que modificar la matriz energética en dirección a fuentes renovables y mejorar la eficiencia energética, y al haber percibido que el peso relativo de su país en la economía mundial era suficientemente gravitante y ya no admitía retorno pueden lanzar iniciativas como OBOR (One Belt One Road) o BRICS (siglas para la alianza Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), o Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII), asimismo se lanza el “socialismo con características chinas para una nueva era” con sus metas:
1. Realizar una transformación productiva. 2. Liderar la innovación global. 3. Profundizar las reformas en sectores claves. 4. Combatir los tres grandes desequilibrios. 5. Revitalizar el campo y la agricultura. 6. Promover Estrategias de desarrollo regional coordinado. 7. Elevar el consumo y mejorar la calidad de la inversión. 8. Persistir en la apertura económica. 9. Promover el bienestar de las personas
Los chinos planean en grande hacia el futuro y han demostrado que no sólo pueden competir con Occidente sino superarlo. Ya en 2018, Allison (Destined for War. Can America and China Escape Thucydides’s Trap?) decía que nunca antes el mundo había enfrentado un viraje telúrico tan raudo, hondo e intenso en un período tan reducido y de tan inmensas y dilatadas implicaciones sobre la especie humana, como la mutación en el equilibrio de poder desde los Estados Unidos hacia China y desde el Atlántico en dirección al Asia-Pacífico.
Este año ha sido clave para dejar claro que gracias a las iniciativas de China y Rusia (ambos del BRICS) y con el beneplácito de India, Irán, Turkiye, Cuba, Siria, Venezuela, Bolivia, Sudáfrica, Argentina y luego Colombia, el Caribe, e inesperadamente de Paquistán, Indonesia, Iraq, los árabes del Golfo, el MNA, el progresismo latinoamericano y muchos más, el viejo orden monopolar de sometimiento con hegemón USA al comando está siendo reemplazado por un organismo multipolar basado en el respeto y la colaboración mutua con hegemonía dispersa, lo cual es un auténtico avance para el planeta.
El texto deviene en un resumen inacabado del Sueño Chino (Osvaldo Morales), pero prometo otro condensado en poco tiempo cuando vuelva a leer sobre lo acontecido a la luz de la guerra en Ucrania y la ola de nuevos gobiernos progresistas en América Latina.
Asimismo, advierto que la pinacoteca aunque recurre a obras y dibujantes chinos trae dificultades inherentes a la ausencia en mis webs habituales de una recopilación minuciosa que permita saber el nombre y al artista, en las chinas que las reemplazan también fue difícil, así que si encuentran algún error está justificado pero no perdonado, Sfyufa y salud.
Girl Lin Ying
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