Mamacunas y la Velocidad del Tiempo

 

Mamacunas o ¿Existe en realidad el tiempo?


 Tortugas podridas de caparachos rotos en compañía de cientos de miles de bestias putrefactas desde diplodocos hasta hámsters se extienden por la cuenca arenosa cruzada por centenares de arroyuelos y sembrada de cascadas y lagunillas, no viven pero no terminan de morir. El olor debe ser intolerable, la muchedumbre de mi generación educada de cara al estropicio no anda frunciendo las narices ni escabulléndose a las tareas de limpieza y recolección de especímenes. 

El decaimiento tecnológico está ligado a un renacer de lo religioso entendido en términos de fracturas con el pasado y reinvención de rituales. Por eso mi madre, oficia como otras opulentas mamacunas ritualizando el momento que cierra las labores del día con ademanes sencillos y aceptados por la juvenil multitud congregada al pie de la plataforma del templo; retornamos tensos y cansados, salpicados de jugos oprobiosos, gaseados por pestilencias, untados de excretas, repletos de deseos vindicativos. 

La mamacuna pone en funcionamiento el mecanismo combinatorio de luces y espejos que seleccionará a uno de nosotros para que la acompañe en la ceremonia íntima que culmina la jornada; con la mirada empapada de colores caemos en somnolencia y nos mecemos ritmícamente avanzando despacio hacia los portales debajo de la plataforma que se tragan la multitud contaminada de angustia silente desvaneciendo el gentío y la sensación de vacío. 

Para mi sorpresa he sido seleccionado, La estadística no me favorecía, pero así ha sido y ahora marcho tras los pasos de la oficiante sin conocer los siguientes pasos y si he de advertir el parentesco ¿pero a quien?.

Poseo una visión de la estructura social en que los colonos estamos atrapados al igual que los demás, y la sublimación de mi madre en sacerdotisa me ayuda a sentirme ligero y con ganas de persistir en la huida que pergeño, sin embargo mientras recorremos el pasillo que conduce al tabernáculo profundo no sirve para negar su sexo y extirpar de mi un deseo que trasmutado en respeto abstracto para la vida cotidiana no lo detenta en la particular circunstancia que habito.

Por eso a pesar de entrever sus sólidasféricas nalgas a través de la transparente túnica y desear masturbarme, mi mente insiste en aquel mantra que repetíamos al dormir en los galpones de la infancia “si hay contacto familiar habrá un seguro transitar hacia el asco” -pero versado en que el odio a las carnes viejas y ajadas quizás sea lo que llegue a palpar pienso que va a ser arrasador, supongo que resistiré-. 


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Nuestra navarca tuvo problemas con el software de mantenimiento, las IA no pudieron reparar el daño, lo cual terminó revolviendo los segmentos temporales de la programación y eso llevó a otorgar permisos a ciertos tripulantes (el 10% tecnócratamilitar) para obtener churumbeles, soy uno de ellos, crecido mientras se desploman los sistemas y se despilfarran piscinas de geles y nanocitos en experimentos de limpieza. Sembramos, si. 

Pero con altos costos, pérdidas y confusiones, resultados no esperados y ruptura de los tabiques de la temporalidad, con drenaje de conciencia, omisión o sobresaturación de enlaces hacia el pasado recercado y el futuro creavizorado, así se establecieron las pautas a morar. 

Recercado: Evoluciones separadas inoperantes y concatenaciones simultáneas de multiplicidad de especies en despliegue 

Creavizorado: Borrado activo de paisajes orientadores sustentados en proyecciones históricas sustituidos por panoramas caóticos pero consistentes en su plasmación física 

Organizados en estamentos, sacrificando manifestaciones, actividades, sentimientos y un largo etcétera, agrupando a los niños en fratrías que luego se convierten en equipos que compiten identificando especímenes esperanzadores por algún motivo, apenas existiendo más allá de la búsqueda de una solución no cejamos y nos mantenemos... todavía. 

En concreto, los churumbeles conocíamos verdades de peso: identificábamos a nuestras madres y distinguíamos a los animales de carnes muertas y sin espíritu pero con automatismo biológico a la manera de un cuerpo zombificado y a las plantas de transiciones interrumpidas que coagulaban en eslabones funcionales aunque repugnantes. 

Ayudo a las alimañas de carnes muertas y sin espíritu y a los yerbajos deformes y sin sustancia porque sé que quienes son como yo seremos quienes logren que viren hacia la vida real y la salvación para que la colonia pueda florecer cual eslabones rellenos con fantasía multicolor que revientan y lo potencian todo, o eso creemos. 

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Los pebeteros exhalan vapores aromáticos y humaredas estimulantes, el enorme dosel repleto de almohadones ocupa el lugar principal de la habitación, Un círculo luminoso señala el lugar donde me quieren o me necesitan, Me instalo en el centro, mi madre, (¿o deberíadecir la sacerdotisa?) danza a mi alrededor, de repente me sorprende con una zancadilla y me arroja a los almohadones, se inclina sobre mi y con sus dedos hace estallar una ampolleta cuyas gotitas arden en mi piel por un muy breve instante, me relajo y me entrego...

Bajo la luz la túnica apenas se nota, se agazapa y coloca su nalgatorio tibio sobre mis muslos, siento la ligera aspereza de sus ensortijados vellos púbicos, su cuerpo exhala un aroma que reconozco maternal, me confundo más ella sabe a lo que va, empuña el pene, lo restriega contra sus labios vulvares y se lo introduce, gime ¿o soy yo? Y empieza a erguirse y descender, con cadencia y exaltación hasta el culminante arrebato. 

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Informe sobre novedades: 

Romant, agasajado por la sacerdotisa hoy, ha iniciado una fuga con la mayoría de los miembros de su fratría para romper el lazo que nos ata a las IA averiadas incapaces de autorepararse, quizás en esta ocasión lo logremos, pues sabemos que un coito con la madre continúa siendo un acicate para que surja la rebelión. 

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Pinacoteca y Justificación 

La velocidad del tiempo político parece aumentar desmesurada y las consecuencias empiezan a aparecer por doquier, por más que Occidente colectivo se empeñe en negar lo que ocurre, los impactos sobre su sociedad empiezan a amontonarse para precipitarse en alud, un aroma novedoso, estimulante, recorre las estancias de las multitudes y empieza a condensarse en frescos vívidos, irisados y envolventes y sin embargo conectados a lo mejor de nuestros valores humanos, las mamacunas representan ese conecte imperecedero y por eso les dedico un relato; para ilustrarlo quien mejor que Rich Larsen con su álbum Zombie Sexual


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