Gabriela Wiener: Búsqueda de Identidad, Sexo a Tres Bandas y Amor Familiar


 Huacoretrato
: Un puñado de reflexiones en homenaje a una adolescente que conocí hace varios lustros 


Dedicada a la reconstrucción de su árbol geneológico extravía lo que pudo ser un buen relato de renovación arqueológica en el laberinto de los celos y los desencuentros colectivos al estilo de los socialistas románticos de Herzen, se barrunta un intento de compararse con los anarquistas descritos por Alexander Herzen y sus discípulos a mediados y finales del XIX, a trasmano va esta comparación ya que ha transcurrido mucho más de un siglo y los vientos que ahora soplan son multipolares. 

A ratos liviana, a momentos veloz, a pesar de amenazar romper lo permitido y aceptado como correcto en erotismo por la sociedad nunca desentona o comete desmesura ni incursiona en laberintos repulsivos y gomosos; sin detenerse más allá de lo necesario va construyendo un entorno que no por ser extraño se observa como tal ya que su propio personaje organiza y dinamiza trazando inclusiones y fronteras. Feminista honesta y peleadora, rebana capa a capa las adiposidades del discurso neocolonial para asomarse al espejo del rechazo y la rebelión 

Me fastidia la incesante referencia a sus trirelaciones amorosas, sobre todo lo relacionado con los celos, me es difícil aceptarlo como lectura, me incomoda y comprendo que por eso no leo mainstream, la libertad de la imaginación queda constreñida a los patrones habituales clásicos y tradicionales, comparo y que diferencia con el enfoque de Burcet en el Regalo de Luzbel, que tampoco excita pero narra con minucioso afán lo que les sucede a los rectos de los prisioneros encadenados en las murallas de Sodoma logrando captar nuestro interés. 


Aborda con eficacia una serie de temas colaterales (o esenciales pero en segunda fila) tales como racismo, colonialismo, servilismo, la adaptación del migrante tercermundista a Europa, repletos de datos autobiográficos y humor soterrado, consiguiendo aproximarse a ese huacoretrato ideal, que no le roba el alma pero que abre ventanas que permiten lanzar ojeadas profundas sobre su obra. 

Se mantiene incesante en la necesidad de afirmar los límites de su identidad y como construir sus recovecos geométricos apretando una anécdota cual si modelara eso, un huaco, o canalizando sus instintos o tentaciones en la elaboración de un palimpsesto que es su propia novela, así amerita y justifica su dedicación a un fantasma, a una investigación.

Y es porque ya sea de una manera a momentos elusiva, en otros manifiesta se dedica a husmear componentes arqueológicos, históricos, políticos, familiares, con pulso generacional, concentrada en la densa madeja de las relaciones consanguíneas, los secretos entre primos, las dobles intenciones de los protagonistas (hasta terceras en algún momento) y esa aparatosa ostentación que cada clan asociado a determinado apellido realiza para fingir que el peldaño que ocupan en la escala social no es el que merecen. 

Excelente el capítulo de las exposiciones vivas con seres humanos en el museo que funcionan como esclavos, es muy descriptivo y se torna en las siguientes páginas en un vibrante ataque contra la visón racista, protofascista, arrogante, que desde siempre albergó Europa, que cuando nos mira con sonrisa amable es sólo comparable con la que dedicamos a nuestras mascotas y los animales de compañía. 

El diseño de su texto me llevó a recordar que tres especies aparecieron en mi mente en algún momento mientras recorría sus páginas y pensaba en la estructura aproximada que asumiría como dibujo su novela: nautilus, trilobites y/o ammonites, de las tres dos están extintas, dos son moluscos o vinculadas a los gasterópodos y las tres poseen caparazones o exoesqueletos, así pues emerge en lontananza un paquete de referencias: problemas extintos, conchas defensivas, ricas geometrías y posibles usos culinarios. 

En síntesis, es rica y divertida, su prosa no enceguece pero ilumina, la constante ruptura del hilo temporal y la rearticulación espiral que ejecuta enriquecen la lectura, entusiasma que no es poco, y sienta las bases para que uno la tenga en cuenta en próximas aventuras editoriales manteniendo la modestia que transmite y contagia en su despliegue literario. 

Justificación y Pinacoteca 

Usualmente en el blog prima la ciencia ficción, la fantasía y el terror, cuando me abro a otras áreas surgen lo ambiental, lo educativo, la geopolítica, en esta ocasión me acerque al mainstream, ha sido divertido comentarla tal cual Gabriela esperaría: horadando la piel para hincar el músculo, por eso quizás este sea el primero de varios que se desenvolverían en esa orientación. 

Para ilustrarla escogí a una artista transgresora y que reivindica a las mujeres como su inspiración, la singular Olivia de Berardinis.  Preferí presentar un ramillete de sus exquisitas féminas, desde las creadas para las carátulas de la revista de comics Heavy Metal hasta las elaboradas para la promoción de Betty Page, que el post les sea leve y agradable como postre.


La carátula una explosión de colores que logra transmitir esa sensación de imagen inacabada y sin embargo leal al mensaje que corre por las arterias de sus capítulos.


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